Todos conocemos este sistema anti-incendio gracias a las películas pero no tanto sabréis cómo funcionan o cuáles son sus ventajas. Conectados a una tubería de agua a presión, los rociadores automáticos desempeñan tres funciones de forma simultánea: la detección, la alarma y la extinción de incendios.  Para garantizar su eficacia,  solo empresas especializadas pueden diseñar y manipular esta instalación anti-incendios.

incendios 

Cómo funcionan

Los rociadores automáticos, también conocidos como sprinklers,  están formados  por un orificio de salida de agua, un mecanismo de disparo y un deflector que convierte el chorro de salida en forma rociada. Estos aspersores poseen un tapón sujeto por una cápsula rellena por un líquido que hierve al elevarse la temperatura.  Cuando esto ocurre, el tapón se rompe y se inicia la aspersión de agua a presión en forma de cono de agua pulverizada.

Mantenimiento de los sistemas rociadores

Solo la empresa que ha instalado el sistema de rociadores puede realizar las revisiones periódicas y supervisar su estado. Aún así el usuario debe estar pendiente de que los rociadores no reciban golpes y vigilar su corrosión. Igualmente al pintar las instalaciones es importante avisar a los pintores que los protejan convenientemente, ya que la pintura los deja inutilizables. Si el rociador ha sido afectado por alguno de estos contratiempos hay que avisar inmediatamente a la empresa instaladora.

Por lo general un rociador funciona correctamente durante más o menos 50 años, aunque hay que tener en cuenta que factores atmosféricos adversos pueden reducir su vida útil.

Ventajas de los rociadores

– Al mismo tiempo que empiezan a sofocar el incendio, dan el aviso a las personas que se encuentran en el lugar de su existencia.
–  El agua que descargan los rociadores automáticos provocan menos daños que las mangueras de los bomberos.  En muchos casos, los rociadores evitan o reducen la participación de éstos.
– Los rociadores actúan aún cuando las condiciones humo y calor son adversas. No así los bomberos que a veces no pueden desarrollar su labor por el riesgo que ello supone para su integridad física.
– En definitiva, los rociadores automáticos evitan y reducen las pérdidas humanas y materiales.