El monóxido de carbono es un gas fatal para los humanos que hasta en niveles muy bajos puede provocar lesiones irreversibles o incluso la muerte. Cada año mata a ciento de personas dado que es imposible de oler, ver o sentir el gusto. Un detector de CO es el mejor método para determinar la presencia de este gas mortal.
¿Qué es el monóxido de carbono?
Es un gas invisible, inodoro, incoloro, insípido, inflamable y altamente tóxico. Estas características hacen que sea muy difícil detectarlo con los sentidos del cuerpo humano. Así los primeros síntomas de advertencia suelen ser dolores de cabeza, mareos, naúseas o debilidad muscular. El mayor peligro radica en que una persona que lo está inhalando sin saberlo puede entrar en un estado de somnolencia hasta morir. Incluso en pequeñas cantidades es peligroso, ya que bloquea la capacidad de la sangre para transportar oxígeno provocando graves lesiones en el pulmón y el cerebro.
Efectos de distintas niveles CO2
300 (0,03% Vol.) La concentración en el aire es normal, por lo tanto no sucede nada.
3.000 – 5.000 Se trata de una concentración baja que provoca un aumento de la frecuencia respiratoria y un ligero dolor de cabeza.
5000 (0,5% vol.) En este caso la ventilación pulmonar aumenta en un 5%.
10.000 (1,0% vol.) Aparecen los primeros síntomas de advertencia de peligro: fatiga, ansiedad, falta de energía…
20.000 (2,0% vol.) La ventilación pulmonar aumenta en un 50%. Tras varias horas de exposición el dolor de cabeza es importante.
5 a 10% vol.) Fatiga extrema y dolor de cabeza agudo. Solo por respirar ya estás exhausto. Una exposición prolongada provoca problemas de salud irreversibles.
¿Cómo funcionan los sistemas de detección de monóxido carbono?
La finalidad de un sistema de detección de CO es asegurar unas condiciones mínimas de salubridad del aire en cuanto a monóxido de carbono (CO) se refiere. Las principales fuentes de CO son los motores de gasolina y diesel de los vehículos. Por ello, su aplicación es básica en garajes y túneles, aunque también pueda ser utilizado en otros recintos.
Los sistemas de detección de CO son equipos electrónicos capaces de detectar en todo momento la presencia de monóxido de carbono y medir su concentración exacta. Igualmente, el sistema es capaz de pilotar una extracción de humos o disparar una alarma, dependiendo del nivel de concentración de CO detectado.
La central muestra la concentración máxima de CO en la zona de detección, activándose la salida de ventilación cuando el nivel de CO supera cierto nivel. Cuando la central detecta un nivel de monóxido superior a 300 ppm se activa la salida de alarma. Tanto el nivel de ventilación, como el retardo para la activación de la ventilación (retardo de ventilación) pueden programarse a través de la central. La central también permite la activación o desactivación manual de la ventilación.
Todo nuestros sistemas electrónicos cumplen la norma UNE 23300 referente a Sistemas de control y medida de la detección de monóxido de carbono
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